miércoles, 29 de marzo de 2017

La sombra del Verdugo

Mi segunda novela, La sombra del Verdugo, en cierto modo, fue un cambio de esquema en mi forma de escribir. De cierta manera, aunque con fases de colaboración e identificación profundas entre los diferentes personajes, La odisea de Wolfan, es una aventura solitaria, del tipo de conflicto épico héroe contra el mal, sin embargo, las cosas fueron muy diferentes para esta novela. Fue un desafío para mí escoger a todos los personajes, y dotarlos de su personalidad propia y característica. No obstante, al tener la historia un ritmo alto, eras más complicado desarrollar una evolución palpable en cada personaje. Por ello, fue muy importante, casi vital, acertar en el contrapunto entre y unos otros, y creo que el resultado fue plenamente satisfactorio.

En este libro pronto dejé de considerar cualquier esquema previo, y realmente me llevé muchas sorpresas en lo que inicialmente había esquematizado. Algunas veces por impulso del entorno  y otras por la fuerza de los protagonistas, las páginas comenzaron a cambiar delante de mis ojos, y fue apasionante comprobar a dónde  acabaría por conducirme y  de qué manera.


La lucha contra el mal sigue en su máximo apogeo, pero pierde protagonismo entre las relaciones de los personajes principales, que se convierten en el eje principal de la trama, hasta tal punto que la historia debe continuar en una nueva novela en construcción, llamada Amor eterno.

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