domingo, 25 de marzo de 2018

El último Dragón Byron Preiss - Michael Reaves

En esta oportunidad nos detenemos en una obra, que quizás no recibió un reconocimiento acorde a la calidad que atesora. El último dragón es un ejemplar para disfrutarlo con tranquilidad y sin prisa alguna. Se trata de una historia que concluye dentro de un mismo ejemplar, y en ocasiones, acostumbrados a las sempiternas trilogías, tan habituales en el género, disfrutar de un libro de aventuras auto conclusivo es digno de valorar, y también merece un lugar en nuestra biblioteca favorita. 



En primer lugar quería valorar adecuadamente la gran importancia de la editorial Timun Mas en la edición y promoción del género de fantasía en los años ochenta y noventa. Sin su maravilloso trabajo la infancia de muchos lectores, entre los que me incluyo, no hubiera sido la misma, y hubiese resultado mucho más aburrida. Un trabajo impecable y muy profesional. El libro es realmente un cuento, no en cuanto a extensión, pero sí en cuanto estructura narrativa. Preiss y Reaves nos llevan de a mano a una aventura preciosa, con cambios de escenarios interesantes, que representan sociedades diferentes, que no se comprenden entre ellas, y de dicha incomprensión nace la aversión y también el miedo. 

Fandora, un reino pacífico, habitado por campesinos y pescadores, es el punto de partida de la historia que nos ocupa. La inexplicable muerte de un niño, provoca la búsqueda de venganza y/o  justicia por parte del populacho, respecto a los misteriosos hechiceros que habitan en el vecino reino de Simbala, que habrían ser culpables del suceso, a pesar de que no tienen pruebas sobre ello. El temor subyacente en sus corazones es tan fuerte, que les impulsa a declarar una guerra de origen incierto. Más allá del estrecho de Balomar, la muerte de una niña asimismo en extrañas circunstancias desencadena una serie de intrigas palaciegas que hacen peligrar la estabilidad del reino, mucho más que el desafío que viene del otro lado del mar. La verdadera respuesta al enigma no estaba en la batalla, sino en el ingenio de Amsel, un entrañable inventor fandorano, que busca resolver el misterio en la patria de las últimas criaturas aladas. Es una historia bien estructurada, aunque en ocasiones el ritmo de la misma es un poco decreciente hacía la mitad de la novela, la trama se recupera a tiempo, para conducirnos a un final satisfactorio, aunque no demasiado sorprendente. 





La novela viene acompañada por unas impresionantes ilustraciones a carboncillo del artista Joshep Zucker, totalmente integradas en la obra, y que confiere al libro la categoría de triunvirato, casi al mismo nivel que los escritores de la historia. Su trabajo bien que lo merece. Hay muchas laminas en la obra, de una calidad exquisita que merece la pena disfrutar. Una historia entretenida, donde el triunfo de las cosas más sencillas, nos deja una moraleja exquisita, al más puro estilo Tolkien.

¡Merece la pena dedicar un poco de tiempo para paladearla!

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