jueves, 3 de mayo de 2018

Sierpen, El Rey Serpiente - Veronica Monroy Monreal

De vez en cuando, somos testigos del nacimiento de algo especial, fuera de lo común. Este es el caso que nos ocupa. Tenemos ante nuestros ojos un personaje y un universo, destinados a marcar una época dentro de la fantasía oscura. Sierpen, se convierte un poco en nuestro hijo, crecemos con él y aprendemos a amar a todo su mundo. Personajes llenos de carisma, con una empatía embriagadora, que nos conducen por la sociedad Lanseratti -el otro gran personaje de la novela-, construida e hilvanada de forma magistral. Tan fuerte es el vínculo, que el resto de personajes tienen una ardua tarea para estar a la altura de los amigos y enemigos de la juventud de Sierpen, pero su evolución y anexión al magnífico “Gallo”, nos hace desear ver de ellos más y más. No es frecuente acabar un libro con la sensación agridulce de haber disfrutado tanto de sus aventuras y una pena intrínseca asociada a una despedida a los héroes de sus paginas, que fervientemente espero, sólo sea un “hasta pronto”, aunque para la autora, el reto de mantener el nivel de esta gran aventura puede ser difícil, estoy convencido, dada su magnífica labor, que nos volverá a encandilar y sorprender una vez más. Amigos, no os perdáis la ascensión de Sierpen dentro de la fantasía oscura. Merece la pena disfrutar esta obra con mucha atención y esmero. ¡Larga vida al Rey Serpiente!






Todo en esta magnífica historia gira en torno al protagonista que da nombre a la novela, incluso siendo un nonato. Pero, cuidado. Esta obra es mucho más que su protagonista. La primera parte de la novela, la autora nos presenta a un elemento fundamental dentro de la estructura de la obra, la sociedad de los Lanseratti, que adquiere un papel preponderante en la historia que nos presenta, otorgándole la profundidad rica en matices y fundamental en la compresión del mundo que espera a Sierpen en un futuro. Esta sociedad de hechiceros oscuros, que buscan recuperar una gloria perdida está impecablemente desarrollada, y presentada de forma brillante, brindándonos  un marco perfecto para el desarrollo de la obra. Un trabajo impresionante. En esta estupenda novela, encontramos otro gran personaje, en la madre del protagonista, Fristin. Imposible no empatizar con ella desde la primera página, debido a su infortunio, y su fuerte personalidad, escondida tras una capa de dulzura enternecedora. Su abnegación y una amistad insospechada nos llevan en volandas por la primera parte de la vida de Sierpen, disfrutando de su infancia, y del crecimiento social que esta pequeña familia experimenta de la mano de esta gran madre coraje.



La infancia y adolescencia de Sierpen nos permite disfrutar de la transición de la inocencia de la niñez a una madurez temprana. La personalidad del joven Gallo, se va desarrollando sin prisa pero sin pausa, y parece ajeno al destino que le aguarda. Seguimos sumergiéndonos en el mundo de los hechiceros, y conocemos de primera mano los elementos que toda persona joven necesita: la amistad y el amor. Personajes bien construidos, que nos ofrecen un contrapunto a la personalidad en ocasiones introvertida de Sierpen, pues acarrea el terrible secreto de su origen en su misma sangre. La fase de aprendizaje de Sierpen es realmente importante, y tanto para bien como para mal, clave en los acontecimientos futuros de la obra. Los personajes secundarios adquieren un protagonismo notorio y nos permiten vislumbrar brevemente el futuro. Es muy importante señalar la gran habilidad de la autora a la hora de construir los personajes de la misma. Merece la pena cada minuto invertido en la lectura de la obra. La dualidad entre el bien y el mal está presente de forma notoria en la novela, y se nos muestra de forma magistral, que el libre albedrío es el barómetro que mide nuestros actos, incluso en algunos casos, por encima de nuestra naturaleza. Hay una conexión muy especial con el mundo animal, que no podemos pasar por alto. Esta simbiosis naturista nos depara grandes momentos que disfrutaremos mucho.  En esta primera parte, una biografía del protagonista, hay tiempo parea desarrollar los personajes y el resultado es espectacular. El tiempo parece detenerse y nos hace soñar con un desenlace diferente, pero la realidad de la fantasía oscura es bien distinta. El salto de esta primera parte sin fisuras nos lleva a un cambio de escenario obligado, donde al principio echamos en falta el marco perfecto en el que se ha desarrollado. Y lo hacemos únicamente por la maestría con la que la arquitecto de la novela realizó su trabajo. 



La segunda parte carece de saltos temporales de importancia, con lo que nos encontramos a un Sierpen casi adulto, pero que no ha acabado totalmente su formación. Para ello contará con un nuevo y especial maestro y nuevos compañeros. El ritmo crece notablemente, a medida que se aproxima el clímax de la obra, y podemos conocer mejor el mundo que Vero Monroy ha construido para todos nosotros, y aunque disfrutamos mucho de los cambios de escenario, el contrapunto de la inigualable sociedad Lanseratti es un peso demasiado grande para resistir comparaciones justas. No obstante, este vistazo a cada reino nos hace desear un desarrollo más profundo en futuras entregas si las hubiere. Los personajes que se presentan en esta segunda parte cogen el testigo de forma brillante, y permite que sus acciones hablen por ellos, adaptándose al ritmo creciente de las páginas. El trasfondo sobre el que transcurre todo nos da pistas sobre la verdadera naturaleza de esta excelente novela, y conviene no perderse ni un solo detalle. 

Una novela especial, desarrollada con maestría, sensibilidad, ofreciendo en todo momento el ritmo adecuado, y que se lee muy rápidamente. No os dejéis intimidar por su extensión, porque disfrutaréis cada página. Es refrescante, y una de las mejoras obras dentro de la fantasía oscura que he tenido el placer de leer. ¡Imprescindible en todas las estanterías! 


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