domingo, 9 de abril de 2017

Crónicas de la Dragonlance

Es hora de ir con una reseña importante dentro del mundo de la literatura de fantástica. Se trata de una saga fundamental dentro del género de la literatura fantástica, absoluto referente tanto para lectores como para autores. Se trata de la maravillosa trilogía Crónicas de la Dragonlance. Tuve la fortuna de descubrir el segundo volumen  casi por azar, y me atrapó de principio a fin. Es una trilogía muy recomendable para los jóvenes amantes de la fantasía, y si se tiene la oportunidad de conocerla en la adolescencia su magnetismo te puede atrapar con mayor facilidad, aún incurriendo en un misticismo de la misma a posteriori. 


Es una lectura magnífica, donde la verdadera fuerza del relato reside en la gran retrato de los personajes, que son los que llevan el peso de la trama, incluso a veces por encima de la misma. Una vez más estamos ante la omnipresente lucha entre el bien y el mal, pero construida de forma magistral por sus autores, Margaret Weis y Tracy Hickman, que forman un binomio indivisible, que nos atrapa de principio a fin, sin apenas dejarnos tiempo para respirar. Uno de los puntos que han creado cierta controversia es su origen, pues es conocido que nace de una partida de rol del magnífico juego de rol AD&D, que todos los amantes de la literatura fantástica conocemos bien y del que probablemente hemos participado en alguna ocasión. Del mismo modo vio la luz el extenso universo de los Reinos Olvidados. Hay muchas formas de elaborar y componer una historia. Y todos son absolutamente válidos. Particularmente a los que hemos jugado a este juego de rol, nos parece incluso un homenaje muy potente. 

En El retorno de los Dragones nos introducen en un mundo tratando  de recuperarse de un castigo divino, El Cataclismo, en clara referencia al diluvio universal cristiano, y en la que los viejos dioses parecen haber abandonado a sus pobladores, y en los que los humanos buscan nuevas deidades que los guíen, pues se sienten perdidos y desamparados. Las relaciones entre las diferentes razas son tensas, y ante todo el relato es la búsqueda de esperanza, y la recuperación de la fe. Un tono muy religioso que encaja como un guante en un mundo desencajado por la desesperanza y el rencor. 

No en vano el grupo protagonista es un crisol de las razas del mundo, y representan la capacidad de unirse contra la adversidad para hacer frente a las fuerzas del mal, guiadas por los verdaderos dioses del bien, que los escogieron como paladines ante un desastre al parecer inevitable. Los personajes son muy diferentes entre sí, y la lealtad se convierte en un lazo inquebrantable para todos ellos, ya que con el tiempo trascienden los lazos de la amistad, convirtiéndose en una verdadera familia. Por ello, el peso de los personajes se convierte en antológico, y acabas amándolos  como miembros de tu propia estirpe. Hay momentos para el amor, el humor, las dudas, la traición...



Personalmente, me encantaría recomendar esta saga como imprescindible, y para mi gusto está por encima de otros títulos con más fama, que han visto la luz en Live Action, o incluso la pantalla grande, ya que a día de hoy es un proyecto atractivo, pero lamentablemente olvidado. En próximas entradas analizaré más detenidamente tanto esta trilogía, como las Leyendas de la Dragonlance, sus personajes y sus autores, unos verdaderos maestros en contar historias épicas, y que han continuado su labor tras este maravilloso proyecto, regalándonos novelas increíbles.

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